Desafortunadamente este año he reflexionado mucho sobre el papel de consumismo en la sociedad. Vivimos para tener dinero para poder comprar las cosas, aunque ya no hay propósitos más profundos.

Las relaciones sociales se limitan a consumir, cómo en los centros comerciales, o en las reuniones decembrinas.

En mi familia en lugar del intercambio de amigo secreto, se limitó a “Dame 10 dólares, ya no te preocupes por buscarme un regalo”, especialmente en generaciones más jóvenes, lo que es todavía peor, ni si quiera hay ese enlace emocional por haberte comprado algo.

¿Que se puede hacer? Desafortunadamente va por romper formas modernas de vivir e ir contra la mayoría. Permitirse desconectar de lo que eres, de lo que posees.

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